26 Sep Vocación de Vida
En los últimos 14 años de ejercicio profesional, me he dado cuenta de que haciendo lo que hago, he aprendido mucho más de la persona que comparte su historia personal conmigo que de las titulaciones que formalmente conseguí y de las teorías y escuelas que he consultado. Sin pertenecer a ninguna escuela de pensamiento ni profesar doctrina, religión, dogma, teoría o paradigma alguno, me gusta llamarme “Facilitador de Conciencia”, alguien que te ayuda a “despertar” del estado de adormecimiento inconsciente con el que vives tus circunstancias.
En ese despertar, no puedo hacerme responsable de tu cambio ni puedo darte información que tú ya no sepas. No soy ni un sanador, ni un curandero ni un médico. Lo que puedo ofrecerte es un lugar donde vayas recordando cómo ayudarte.
Me dedico a ayudar a la gente a que se sane a sí misma; a que recuerde aquello que ya sabe y que ha de permitirle estar en paz consigo mismo. Estudio, me preparo y entreno para acompañar a la gente así y es esa dedicación elegida de mi tiempo, lo que ha hecho de esto mi profesión. Puedo ayudarte a encontrar un camino, un sentido, pero ambos serán exclusivamente tuyos. Serás tú mismo quien recorra el camino y quien viva conforme al sentido elegido.
Puedo facilitarte el acceso a todo lo que ya sabes y que la energía de esa información personal tenga una dirección, no se estanque y permanezca siempre viva dentro de ti.
Puedo acompañarte en el camino hacia el reencuentro y el recuerdo de tu intrínseca capacidad de depender exclusivamente de ti mismo. Te acompaño en tu sufrimiento y te entreno para que sientas la libertad y la capacidad de poder elegir una alternativa.
Como especialista en comunicación interior, mi trabajo consiste en reflejarte la información de la que ya dispones y necesitas, para que seas capaz de decidir lo que más te conviene; puedo ayudarte a recuperar y reconectar la comunicación con tu sabiduría interior, allí donde residen todas las respuestas que necesitas para crearte como verdaderamente quieres.
Mientras te acompaño, te vas dando cuenta de que no hacía falta ningún maestro sino que tú siempre has sido el maestro que estabas esperando; dejas de comportarte como “paciente” (alguien que cree que no puede cambiar y que espera que su bienestar le sea devuelto por otra persona) y pasas a ser un “consultante” (alguien capaz de convertirse en su propio sanador, alguien que sabe que el encuentro con la paz personal depende de uno mismo).
Mi pretensión no es que creas lo que te diga, sino que descubras por ti mismo, de una vez por todas, lo que auténticamente es verdad para ti explorando las respuestas que guardas en tu propio corazón.
Estoy convencido de que reside en ti, sean cuales sean tus circunstancias y creas lo que creas que eres o no capaz de conseguir, una capacidad innata dirigida a desarrollar tus potencialidades hasta el mayor límite posible. Es el despertar de dicha capacidad, acompañada de tu firme compromiso personal de conseguirlo, en lo que se resume todo mi trabajo.
Reencontrarte contigo mientras te acompaño profesionalmente, es para mí la más profunda y enriquecedora experiencia que puedo experimentar como profesional. Ese es el sentido que desde hace años he decidido darle a mi vida.
Sin comentarios