La Biología Humana: Una Máquina Perfecta - Rafael Rueda -
93
portfolio_page-template-default,single,single-portfolio_page,postid-93,qode-quick-links-1.0,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1300,qode_popup_menu_push_text_top,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-11.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.3,vc_responsive
 

La Biología Humana: Una Máquina Perfecta

EVIDENCIAS CIENTÍFICAS

 

  • Creemos vivir nuestra realidad de manera continua. Sin embargo, no percibimos que lo hacemos de manera alterna. Alternamos, sin saberlo, momentos conscientes con otros imperceptibles o inconscientes. Aunque nuestros sistemas perceptivos nos hacen creer lo contrario, vivimos alternando continuamente momentos de luz y de oscuridad. Es así como cualquier fuente luminosa se apaga y se enciende 50 veces por segundo sin que seamos capaces de percibirlo. Nuestra realidad es estroboscópica. Es la velocidad de las informaciones frecuenciales la que determina nuestra limitación perceptiva.

 

 

  • La inconsciencia como tal no existe más allá del hecho de que se trata del tiempo (no percibido) que nuestro cerebro necesita para captar y procesar una información que no procede de él mismo, antes incluso de que la persona se percate de ello.

 

 

  • El cerebro no crea ni almacena nada. El Sistema Nervioso es una potentísima central de recepción y emisión instantánea de información que como tal, funciona únicamente como estación de paso, no siendo por tanto susceptible de reprogramación. No hay nada que programar porque no existe la  memoria tal y como es entendida. 

 

  • La biología del Ser Humano está diseñada para vivir de continuo, instante a instante, en tres tiempos (pasado, presente y futuro). El presente funciona solo como una consecuencia incontrolable de una información emitida previamente. Es una anticipación de una información futura creada en el pasado. No conocer este hecho completamente natural y fisiológico conduce inexorablemente a vivir sufrimiento, susceptible de ser aliviado por otros medios pero sin posibilidad alguna de cambiarlo ni solucionarlo definitivamente.

 

 

  • El Ser Humano usa sin saberlo “patrones repetitivos de sufrimiento” diseñados exclusivamente para él, que no tienen su origen en sí mismo ni en la historia que cree haber vivido. No escoge las cosas en las que cree o piensa, son ellas las que lo escogen a él. La mayoría de los pensamientos son sugeridos por fuentes externas. 

 

 

  • La farmacología, el tratamiento psicológico y las técnicas espirituales pueden, en ocasiones, servir como medio de alivio (en otros empeora el estado de la persona), pero en ningún caso resuelven la información originaria causante del malestar sentido.

 

 

  • El organismo biológico de cualquier ser vivo está diseñado para recibir y emitir informaciones tanto de día como de noche, previendo siempre el mejor futuro necesario para sobrevivir. La alteración de dicho flujo de información mediante fármacos u otros medios, es capaz por sí sola de causar estados patológicos o incluso la muerte.

 

 

  • La propia naturaleza del tiempo y su percepción relativa conlleva implicaciones vitales directas en el organismo humano cuyo signo depende del uso que se le dé.

 

 

  • La predestinación del futuro no existe. La realidad futura se basa en potenciales no cristalizados susceptibles de ser actualizados por resonancia molecular en un presente dado. Dichos potenciales pueden prevenirse, no predecirse.

 

 

  • Pasado y futuro están siempre simultáneamente a nuestro servicio. Para vivir bien y no solo sobrevivir, estamos obligados innata y vitalmente a controlar y modificar nuestro porvenir antes de vivirlo.

 

 

  • El espacio y el tiempo no se concibieron para curar a los enfermos sino para evitar las enfermedades.

 

 

  • Al igual que cualquier partícula del universo, el Ser humano se compone de una parte corpuscular y otra ondulatoria. La parte corpuscular (la criatura) memoriza instantáneamente (no a largo plazo) la información provista a velocidades supralumínicas por la parte ondulatoria. El equilibrio individual ha de pasar necesariamente por la consideración de ambas partes.

 

 

  • Es el desconocimiento o el olvido del verdadero diseño y funcionamiento del propio organismo lo que nos permite esconder nuestra total responsabilidad en nuestros trastornos y desequilibrios. El malestar sentido nunca es responsabilidad de una causa externa al propio ser. Siempre la causa es “interna”.

 

  • El equilibrio personal o autosanación no requiere de la reflexión ni de la razón para practicarse. No se necesita pensar en cómo hacerlo para poder hacerlo.

 

 

  • Las informaciones que cada célula del organismo recibe momento a momento dan al cuerpo sus instintos de supervivencia. Un problema corporal es siempre la prueba de una información celular inadecuada que genera inadaptación en el presente. A la manifestación física de ese problema le llamamos “síntoma”. 

 

 

  • La información se desplaza en el espacio por medio de ondas a una velocidad 30 millones de veces más rápida que la velocidad de la luz.

 

 

  • Informaciones imperceptibles de ida y vuelta modifican instantáneamente nuestra memoria celular, obligando al organismo a obtener un instinto de supervivencia permanente.

 

 

  • Equilibrarse no consiste en rememorar o solucionar situaciones conflictivas del pasado sino en suprimir las consecuencias futuras ya creadas para evitar que se materialicen como acto en el presente. 

 

 

  • Antes de buscar la fuente del equilibrio, el ser humano ha primero de entender la lógica de su existencia como criatura  en su espacio-tiempo, la necesidad vital del día y de la noche, del dormir y del sueño,  y del estar despierto sin necesidad de reflexionar.

 

 

  • Cualquier principio vital, innato y por tanto ineludible, se conoce de manera natural sin necesidad de enseñanzas ni de aprender métodos ni técnicas de aplicación.

 

 

  • Pasado, presente y futuro son tres realidades simultáneas (tres velocidades de información frecuencial), interdependientes e inobservables a la vez en el presente.

 

 

  • Por ley vital, los sueños (con independencia de que sean recordados o no) son imprescindibles para la supervivencia, pero no pueden ser interpretados ni controlados. Siempre se sueña, se sea consciente de ello o no. 

 

 

  • El cerebro humano capta, emite y procesa información, de media, entre 0,5 y 0,7 segundos antes de que la persona sea consciente de ello. El organismo se limita a reaccionar a esa información, siendo el receptáculo de la misma. Esa información es la que le permite sobrevivir.

 

FORMULARIO DE CONTACTO